En su alcoba… tendida en su cama… ella a dejado las ventanas abeirtas… invitándolo…
El jamás perderá esa oportunidad…
Entra y parado junto a ella
Él lee sus deseos más recónditos,
Incluso aquellos que ella no es enteramente consciente,
Saciará esa noche todos sus apetitos a medida
que la vida va derramándose sobre las sábanas.
Ella le ofrece el cáliz de su cuello palpitante;
Se va diluyendo entre sus lascivos abrazos;
Pero el placer será apenas una anticipación,
Jamás terminará de consumarse, Nunca…
Cuando la sombra del vampiro abandona su habitación,
Ella cree haber tenido un sueño espantoso,
Siente sobre sus labios los ecos de un beso frío,
Helado como la tumba; su cuerpo temblará,
Sus lívidos dedos recordaran
La textura etérea de un cuerpo masculino.
No recuerda el rostro de su siniestro visitante.
La noche es como una pesadilla
Agitándose en aquel rincón de la mente
Al que no podemos acceder. ¿Sucedió aquello?
Se pregunta… divagando en recuerdos…
Ahora intenta conciliar el sueño,
Su mente atribulada por las dudas,
Y por el horror.
La habitación parece cerrarse sobre ella;
Las paredes bañadas en sombras,
Las cortinas danzando suavemente con la brisa nocturna.
Le besa el rosto y la deja soñar con tranquilidad
La soñamos acariciando la lubricidad
De su sexo en las tinieblas;
Intentando recordar un momento
Que acaso jamás tuvo lugar.
Entonces ve, sobre la blanca palidez de las sábanas,
Una diminuta perla púrpura, la joya roja de sus venas;
Y ya no tiene más dudas.
Se dice a si misma que no volverá
A dormir con las ventanas abiertas,
Para no ser poseída por ese ser otra
Vez..
Aunque yo …sospecho que sí…
Diva E.
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